A todas las personas que en un mundo como el de hoy son capaces de decir quiénes son y actuar en consecuencia. A todos los que aprendieron a soñar y desean alcanzar sus objetivos más allá de lo que digan otros. A Jesús de Nazaret, el Maestro. A Marcelino Champagnat, el discípulo. A María, la buena madre. A tí. No se hizo la luz para ocultarla detrás de un armario...
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